Así tienes que cuidar tu piel este verano

Ya hemos empezado a disfrutar de las tan esperadas vacaciones, de los primeros días de playa, piscina… y seguro que más de uno ya ha sufrido alguna dolorosa quemadura o enrojecimiento por abusar del sol. Nuestro empeño en lucir un bronceado bonito hace que,  a veces,  olvidemos que la piel es un órgano con memoria, y que todos los daños ocasionados a lo largo de la vida se van acumulando y acaban pasando factura. Por esto, es muy importante la prevención en estos casos, elegir un buen protector solar con un factor adecuado a nuestro tipo de piel, verificar la fecha de caducidad (los protectores solares pierden eficacia a medida que envejecen), o aplicar el protector en repetidas ocasiones, son algunos de las aspectos a tener en cuenta.

Los betacarotenos, antioxidantes y precursores de vitamina A, que se encuentran en frutas y hortalizas de color rojizo, amarillo y anaranjado, también ayudan a proteger a las células de la piel del daño producido por los radicales libres y a evitar el fotoenvejecimiento.  Podemos aportarlos mediante la alimentación, pero sin duda, la mejor forma es con suplementos naturales que garanticen el aporte necesario de principios activos.

En el caso de que ya sea tarde y nos hayamos pasado con el sol, se recomienda tomar una ducha de agua tibia con el fin de hidratar la piel y cerrar los poros para no sufrir cambios de temperatura bruscos que puedan causar dolencias musculares. A continuación, es fundamental aplicar un gel o crema especial para después del sol. Una buena opción podría ser el gel de Áloe Vera, con propiedades calmantes e hidratantes, que además repara las estructuras dérmicas dañadas, ya que acelera el proceso de cicatrización.